domingo, 12 de noviembre de 2017
CAPITULO 65
«Un siete.» Eso era señal de que iba mejorando. Pedro sonrió ante la impertinente nota de Paula en la solitaria cama. Tal vez no lo molestó tanto
porque un siete era más que el mísero tres que recibió el primer día, o porque ya estaba acostumbrado a sus bromas pesadas.
La noche anterior había sido distinta a las otras. Sintió como si para ambos se convirtiera en un nuevo principio, en algo que los unía como nunca antes lo habían hecho sus encuentros sexuales. Paula se había comportado como si estuviera empezando a sentir algo por él, como si la coraza de su corazón hubiera caído, dejándolo entrar. Aunque la oscura sombra del contrato aún se interponía entre los dos, no era tan pesada como la verdad de lo que Pedro había planeado para ella en un principio.
Si Paula llegaba a enterarse alguna vez de que había querido quitarle su tienda y del motivo para hacerlo, nunca lo perdonaría. Por de pronto, disfrutaría de los momentos de felicidad que le aportaba estar con ella, y en Navidad se desharía de aquel fastidioso contrato que tanto lo molestaba.
Tal vez al cabo de un tiempo pudiera confesarle la verdad sin hacerle demasiado daño, pero Pedro sabía que antes de poder descubrírselo todo, tenía que ganarse tanto su corazón como su confianza, porque, si no, Paula lo alejaría para siempre de su lado y él no podía permitir que eso le pasara con la mujer que había atrapado finalmente su corazón
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